Convivencia entre perros y gatos
1. Respeta la organización de cada especie
Los perros organizan su sociedad en manada mediante una jerarquía donde sólo hay un animal dominante. Por el contrario, los gatos son animales solitarios que simplemente defienden su territorio. Esta diferencia puede hacer que se inicien los conflictos.
De esto podemos deducir que debemos respetar la jerarquía del perro, en la que él va a ser el animal dominante respecto al gato pero también debemos respetar y facilitar la territorialidad del gato, otorgándole un espacio propio que no esté invadido regularmente por el perro.
2. Presentar a los animales
No importa si la nueva mascota es el gato o bien el perro, el animal que ya reside en el hogar debe conocerlo, y tiene preferencia.
Es un momento muy importante, y debes intentar evitar la sobreexcitación para que ambos se muestren tranquilos. Por ese motivo te recomendamos que el residente de tu hogar antes de conocer al nuevo haya comido, bebido y esté cansado después de un paseo o una sesión de juegos. Reduciremos el instinto de caza.
¿Qué debemos hacer para presentar a ambas mascotas?
No cojas al gato en brazos, puede arañarte, además te recomendamos que le cortes las uñas para que no pueda herir al perro si saliera mal el encuentro.
Ata a ambas mascotas con una correa, de esta forma evitaremos que tanto uno como el otro puedan herirse.
Acércales poco a poco sin forzar su unión, respeta que se miren y se huelan, observa su comportamiento.
Si el comportamiento es correcto y ambas mascotas se muestran tranquilas dejarás que interactúen y vas a premiar a ambas con golosinas.
Si por el contrario el comportamiento es agresivo, observas que el perro intenta perseguir al gato o que el gato intenta arañar al perro vas a decir No con firmeza. Separa a ambas mascotas en habitaciones distintas sin quitar la correa de ninguno de los y repite el proceso hasta que consigas que ambas mascotas estén en una misma habitación relajados.
¿Cómo consigo que ambas mascotas se relajen?
Si el encuentro ha sido muy negativo y ambas mascotas se muestran inquietas y nerviosas por la presencia del otro deberás trabajar con ambos. Pide ayuda a un familiar o amigo en este proceso de conciliación.
Ubícate en una habitación amplia y espaciosa si es posible y acerca las camas de las dos mascotas, gato y perro. Deja las puertas abiertas para que no sientan la ansiedad de estar encerrados y con la ayuda de la otra persona relaja a ambas mascotas. Algunos trucos son practicar ejercicios con el perro mientras tu familiar le dedique juegos al gato, por ejemplo.
Trabajad cada uno con cada mascota y procurad distraerlas y hacerlas sentir cómodas, puedes poner una música suave para darle calidez al ambiente mientras los acariciáis. Volveréis a probar de acercarlas en varias ocasiones hasta que el comportamiento sea de ignorancia o de respeto. Si este comportamiento no es posible durante un tiempo mantendreis a perro y gato en habitaciones distintas haciendo este mismo trabajo en el mismo espacio para que se acostumbren a la presencia del otro, al olor etc. Si el trabajo te es muy pesado o los resultados son muy malos acude a un educador.
3. Iniciar la convivencia desde la primera etapa de vida
La convivencia entre perro y gato no necesariamente debe ser mala, todo lo contrario. Animar a tus dos mascotas a aprender trucos y órdenes así como premiarles siempre que se lleven correctamente es fundamental.
Deberás cuidar la educación en positivo desde el primer día de convivencia, recuerda que el hombre y los procesos de domesticación han echo posible que estos dos animales, que en la naturaleza pueden ser agresivos vivan en calma y armonía. Trabaja la domesticación en paralelo al igual que la educación juntos. Haz de tu casa un hogar feliz para ambos.
4. Darles comida en áreas separadas
No podemos olvidar que tanto los perros como los gatos son animales depredadores, esto indica que es muy fácil que se inicie una disputa por la comida que puede terminar con un mordisco o un zarpazo, para evitarlo sin incidente alguno es que cada mascota coma en un espacio distinto y separado del otro animal. Con el tiempo y si forjan amistad no necesitarás separarles.
Tampoco deberás permitir que uno se coma la comida del otro, haz que se respeten mutuamente exista comida por medio o no, al menos en tu presencia.
5. Juguetes para todos
Aunque te parezca un consejo obvio es importante recalcar este punto pues este consejo es más útil de lo que pueda parecer. Los celos y el deseo de tener un juguete puede empeorar mucho una relación entre perro y gato.
El perro es de naturaleza social y los gatos tienen un instinto depredador más vivo. Estos comportamientos tan distintos se ven amortiguados por el uso de juguetes que canalizan el instinto de caza en los gatos evitando así las conductas depredadores, exteriorizará su naturaleza de forma inofensiva.
En el caso contrario, el can encontrará en el juguete un objeto que le pertenece, algo más que hará que el perro se sienta seguro y en un auténtico hogar.
Proporcionales varios juguetes a cada uno de distintos colores formas y algunos que emitan ruido, ellos te lo agradecerán y además les proporcionarás una auténtica distracción cuando tu no estés.
Fuente: http://www.expertoanimal.com/5-consejos-para-la-convivencia-entre-perros-y-gatos-7407.html